En 2012 comenzó su andadura la editorial bilbaína Ediciones El Gallo de Oro. Empezó centrada exclusivamente en la poesía, pero hoy en día también publica ensayo y narrativa. Hemos hablado con Beñat Arginzoniz, la persona al mando del proyecto, de la importancia de los libros, de la época que estamos viviendo, del valor de la poesía, de su labor como editor y también de Portugal.
Todo proyecto nace de un sueño. ¿Cuál fue el que dio como resultado Ediciones El Gallo de Oro?
Nunca he podido respirar fuera del mundo de los libros. En mi casa había muchos libros, fueron un refugio en un ambiente hostil, un consuelo y una esperanza. Para mí los libros son, sobre todo, el lugar donde uno aprende a estar solo y a participar de los logros espirituales de aquellos que ya no están aquí. Los hombres y mujeres del pasado nos dejaron en herencia sus escritos, y muchos de esos libros conforman lo mejor de nosotros mismos.
He sido librero y soy editor, pero siento que lo más gratificante es ser lector. Ni hacer los libros, ni venderlos, el verdadero placer es leerlos.
Por otro lado, también he escrito libros, pues he querido emular a los escritores que me han acompañado, pagar una deuda de reconocimiento y poder dar a otros algo de lo que se me ha dado. Mis libros nacen de la necesidad, y mi deseo es que lo que escribo pueda en alguna medida cambiar la mirada de los lectores.
El sueño que dio como resultado Ediciones El Gallo de Oro fue sencillamente el sueño de poder vivir entre libros.
La editorial se creó gracias también al impulso de Juan Manuel Uría, pero actualmente eres tú solo quien está al frente del proyecto. ¿Nos podrías contar cómo es el proceso que va desde que decides qué libro quieres editar hasta que finalmente lo ves en la estantería de una librería o de una biblioteca?
Sin Juan Manuel Uría El Gallo de Oro no existiría. Ahora estoy al frente del proyecto.
Cada libro supone un proceso largo y lleno de variables, donde hay que coordinar el trabajo de muchas personas: compra de derechos, traducciones, correcciones, diseño, maquetación, imprenta, distribución, promoción y un largo etcétera. Para mí hay dos momentos especiales, por un lado el de la búsqueda de algún autor o título singular, y por otro el de poder tener el libro recién salido de la imprenta entre las manos.
La publicación, en 2016, de La locura del cielo de Carlos Aurtenetxe, un poemario inédito de 750 poemas y 1.600 páginas, supuso un pequeño acontecimiento editorial. En la presentación de aquella obra dijiste que «hay mucho libro innecesario, hay muchísima mentira en la cultura». ¿Sigues pensando lo mismo?
Pienso que la cultura institucional es un negocio y responde a la lógica del mercado. Los poetas más premiados suelen ser por lo general los representantes de la medianía. Y los poetas que más venden son sencillamente los más promocionados.
Vivimos en una época oscura para el espíritu, o sea en una época sin poetas.
Apostar por la poesía siempre ha sido una aventura económicamente arriesgada. ¿Por qué unos pocos seguís creyendo en ella?
No creo en la poesía como negocio. La poesía nos hace perder dinero. Si seguimos publicando poesía es porque un buen libro de poesía es algo cuyo valor siempre es superior a una buena novela o a un buen ensayo.
Por otro lado, cuando hablo de poesía hablo de una forma de ser o de estar en el mundo, hablo de una apertura al misterio y de una actitud que tiene que ver con no engañarse y con la capacidad de mantener el asombro. No hablo de gente que escribe, un poeta puede escribir o no. Para mí poeta es aquel que vive siendo consciente del sufrimiento que nos rodea y que es capaz de imaginar un mundo mejor.
Aunque la poesía continúa ocupando un lugar central en Ediciones El Gallo de Oro, se ha ido abriendo a otros géneros, como el ensayo y la narrativa, con una docena de colecciones en total. ¿Qué os ha llevado a tomar esa decisión?
Puede haber poesía en un ensayo o en una novela, es más... creo que ahora mismo la poesía que merece la pena no está siendo realizada por los llamados poetas.
Una editorial que solo publica poesía es por lo general una editorial subvencionada, que vive de publicar premios y recibe ayudas. O una editorial que cobra a los autores de alguna manera.
Ediciones El Gallo de Oro publica obras de autores muy populares para el gran público, como Federico García Lorca o Fernando Pessoa, y también de otros, por desgracia menos conocidos para el lector común, como José Fernández de la Sota, Javier Aguirre Gandarias, Luisa Etxenike, Christian Bobin –autor de culto en Francia, recientemente fallecido–) o tú mismo. Pero también os fijáis en autores noveles como Unai Garate o Ainhoa Elorriaga Baraiazarra. ¿El objetivo es descubrir voces nuevas y seguir trabajando para que autores ya consagrados tengan una mayor visibilidad?
No hay ningún objetivo. Publicamos los libros que nos gustan. Y quizá esa falta de objetivo nos impida finalmente convertirnos en un buen producto de mercado.
También hay en el catálogo de Ediciones El Gallo de Oro numerosas autoras: Emilia Pardo Bazán, Inma Roiz, Sophia de Mello Breyner Andresen, Leire Gandarias Eiguren, María Maizkurrena y Maria de Azeredo, entre otras. ¿Es una decisión consciente?
En nuestro catálogo podría haber habido solo hombres o solo mujeres, no valoro nada de eso. Un poema tiene siempre un valor objetivo al margen de quién sea su autor.
La editorial también se distingue por ofrecer libros muy cuidados, como lo demuestra, por ejemplo, la reciente publicación de la biografía ilustrada La rebelión del ángel. Vida y poesía de Blas de Otero, escrita por José Fernández de la Sota e ilustrada por Pablo Gallo. ¿Sigues creyendo en el libro como objeto?
Sí, creo además que un libro adorna más que un jarrón. El libro, como objeto, debe ser bello.
No todos los libros que se compran se leen. El libro nos acompaña de muchas maneras, es un lugar de partida, una promesa de compañía, un secreto que nos espera. Lo principal es el contenido, pero un buen continente también es importante.
Recientemente, habéis puesto en marcha una colección de libros bilingües (castellano-portugués) para su distribución en Portugal. ¿Qué nuevas ideas tenéis en la cabeza de cara al futuro?
Portugal es un país culto. Quiero decir que es un país tradicional que quiere seguir sabiendo de dónde viene, que no desprecia el pasado ni se engaña con el futuro. Portugal tiene también esa belleza que en España está siendo destruida por los políticos. Por último, hablo de un país que aún respeta a sus poetas y que además los tiene.
Estamos editando a autores portugueses en castellano, y también a autores españoles en portugués. Al fin y al cabo somos hermanos, con muchas semejanzas pero también con peculiaridades muy enriquecedoras.
Finalmente puedo decirte que una editorial es solo su catálogo, nada más. Nuestra idea de cara al futuro es poder seguir editando los libros que nos gustan. El oficio de editor es para mí uno de los más bonitos que existen, al igual que el de librero. Y poder mantener la editorial y seguir publicando libros es una ilusión, y se hace realidad cada día.
(Especial publicado el 11 de agosto de 2023)