En Aribe, pequeña población de no más de diez caseríos y menos de cincuenta vecinos, vivió el cazador de lobos más famoso de todo el Pirineo navarro. Medía casi dos metros de altura y tenía la fuerza de varios hombres. Aunque rudo y de pocas palabras, era bonachón y apacible. Ahora bien, cuando se metía en el bosque, se transformaba en un ser temible. Su nombre era Pedro, pero en el pueblo lo llamaban Pericón el Alimañero; en el pueblo y en toda la comarca, porque sus servicios eran requeridos y bien pagados a ambos lados del Pirineo.
Enamorado de Elisabete, la intrépida posadera de Esterenzubi, la pareja vivirá aventuras y andanzas que los llevaron desde el valle de Aezkoa hasta los valles de Karrantza y Aiara, además de sus incursiones a lo largo de toda la costa vasca. En su viaje conocerán marineros, corsarios y contrabandistas, entre los que hallarán grandes cómplices pero también peligrosos enemigos.
Entrevista a Pedro Zarrabeitia
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