Ander Lipus: «El teatro está muy próximo a la vida misma»

  • Ander Lipus: «El teatro está muy próximo a la vida misma»
    Ander Lipus (Foto: Ainhoa Resano)

Entre los días 2 y 7 de abril se celebrará en Aulesti ADEL ArteDrama Euskal Laborategia, cita ineludible para la reflexión, el ensayo y la colaboración teatral. Durante una semana el laboratorio tratará de colmar la sed de teatro tanto de los profesionales como del público en general, objetivo que sin duda cumplirá, visto el éxito de las anteriores ediciones. Hemos conversado con Ander Lipus, creador de ADEL, sobre el proyecto.

¿Cómo surge ADEL ArteDrama Euskal Laborategia?

El proyecto se puso en marcha hace 13 años. Por aquel entonces formábamos parte del grupo Fábrica de Teatro Imaginario y se celebraba en Orduña un stage o un encuentro internacional, a lo largo del cual predominaban exclusivamente el castellano y el inglés. El euskera era inexistente en aquel ámbito. En este contexto, sentimos que existía el deseo de actuar íntegramente en euskera, que teníamos una carencia. Desde el punto de vista de la creación, de la investigación, de la experimentación, del juego... no teníamos espacios de encuentro para actuar en euskera. Así las cosas y con el objetivo de buscar una solución a esta carencia, comenzamos a buscar un espacio. Y surgió la idea de Aulesti. El Ayuntamiento nos abrió las puertas y desde un principio se mostró a favor de promover este proyecto... ¡Y quién lo iba a decir! Después de 13 años, aquí seguimos, con gran éxito además. Durante todos estos años han pasado unos 40 profesores por el laboratorio, y siempre hemos tenido alumnos... Está claro que se sentía esa necesidad y que, en este sentido, ADEL ha cumplido su función.

¿Cuál ha sido la trayectoria de la iniciativa durante estos 13 años?

La verdad es que hemos seguido un esquema muy parecido desde que concebimos el proyecto hasta el día de hoy. Aulesti es un nicho vital del euskera, la localidad cuenta con un encanto especial y todo esto ha influido en la creación del laboratorio. Por otra parte, podríamos decir que el lugar nos ha limitado en cierto modo. En general, contamos con 12/14 alumnos y alumnas (este año serán 16), pero, tanto por motivos de espacio como de calidad, no hemos querido formar grupos más numerosos.

En cuanto a las estructuras, el laboratorio no ha tenido modificaciones. Respetamos aquellas partes que desde un principio han sido importantes: la combinación de lo aficionado y lo profesional, la creación de una visión nacional vasca, invitando a profesores de teatro de Iparralde, de Navarra... Con todo ello, hemos contribuido a la creación de un modelo exitoso.

Por otra parte, no es menos cierto que continuamos con una gran carencia en materia de investigación y que el trabajo que venimos realizando no puede ser dirigido al ámbito teórico o a la investigación, debido a la falta de apoyos. Creo que sería sumamente enriquecedor publicar libros pedagógicos sobre los cursos, ya que constituiría una propuesta muy valiosa en la teoría teatral. Este sería un aspecto que ha quedado a medias con respecto a la idea original que yo tenía. El laboratorio ha sido un espacio práctico, un sitio de encuentro de quienes nos dedicamos al teatro. ¡Lo cual no es poco! Sin embargo, echamos de menos un trabajo más concreto en el ámbito teórico. Pero en cualquier caso, todo a su debido tiempo.

La localidad de Aulesti, tal y como has mencionado, ha sido cómplice desde un comienzo. ¿Cómo se materializa esa ayuda año tras año? ¿Cuál es la aportación del laboratorio a la localidad?

En primer lugar, desde el punto de vista práctico, la localidad de Aulesti puso a nuestra disposición todas las infraestructuras al cien por cien. También desde el punto de vista económico, ya que asumió la totalidad del gasto. Pasado un tiempo, con el golpe que supuso la crisis para todos, el Ayuntamiento no pudo encargarse íntegramente de la gestión y recibimos el apoyo de la Diputación Foral de Bizkaia. En muy contadas ocasiones también hemos recibido una ayuda –pequeña, en porcentaje relativo– por parte del Gobierno Vasco. De una manera u otra, Aulesti ha sido quien siempre nos ha apoyado. La implicación del Ayuntamiento ha sido enorme, indispensable para nosotros, y es justo admitirlo.

Más allá de esa ayuda, debemos destacar también la implicación de la ciudadanía. Acuden a las sesiones nocturnas, es nuestro público. Además, se crea un vínculo especial. A lo largo del año, imparto clases en la escuela pública. Lo hago para fomentar la afición, para que tengan un conocimiento y porque creo que las disciplinas artísticas deben ocupar un lugar destacado en la educación. Y esto influye en los niños y las niñas, pero en cierto modo también en los padres y las madres. De ese modo todo se alimenta... Dos de las alumnas del pueblo que acudieron a esas clases se han apuntado a los laboratorios.

Además, los jóvenes de la localidad participan con un concierto que organizan el sábado. Este año también han solicitado un taller, y lo vamos a dar.

Después de 13 años, las relaciones son personales en muchos casos. Ten en cuenta que algunas familias han ofrecido sus hogares a quienes acudían a la localidad a ver las obras... No somos unos artistas paracaidistas que acudimos una vez al año, ni mucho menos... Podemos presumir de un buen trabajo en grupo tanto en los encuentros como a lo largo de todo el año.

El laboratorio ADEL es un barnetegi que fomenta el debate, el conocimiento y el intercambio de opiniones sobre las artes escénicas. ¿Cuáles son las ventajas de ese formato de trabajo?

En el mundo del teatro estamos acostumbrados a trabajar de esa manera. Estas dinámicas, que nosotros llamamos «estancias», son muy habituales. Este fenómeno da un punto de concentración importante al trabajo y las relaciones se viven de otra manera. El teatro está muy cerca de la vida y resulta muy apropiado partir de la vida para hacer teatro. No sé si «sagrado» o qué, pero da otro sentido al trabajo. Al fin y al cabo, en una cuestión de metodología, claramente. Se trabaja de manera continuada y se le da otro empaque al momento en que se está aprendiendo, investigando o jugando. Se trata de una acumulación.

Por otra parte, la creación no tiene un horario fijo. No podemos limitarnos a un determinado horario, si bien es necesario que haya una cierta disciplina. Y por supuesto la hay. Los alumnos hacer cursos de ocho horas de duración (cuatro horas por la mañana, otras cuatro horas por la tarde), pero nosotros damos una gran importancia a la convivencia. Hacemos teatro y, para hacer teatro, como hemos dicho antes, debemos partir de la vida misma: cuando dormimos, cuando estamos de mal humor o llenos de energía por las mañanas... Asimilamos todas las caras de la vida de una forma natural. Y es precisamente eso lo que buscamos.

Los cursos se imparten a grupos reducidos. ¿Cómo se realiza la selección? ¿Qué tipo de relación surge entre docentes y alumnos?

La selección nunca es sencilla, sobre todo porque no imponemos grandes restricciones. No damos más prioridad a quien tenga una mayor trayectoria profesional o a quien haya estudiado en tal escuela prestigiosa... En el mundo aficionado, aquellas personas que provienen del teatro local también hacen aportaciones muy interesantes. Y precisamente es por este motivo que se nos hace tan complejo formar los diferentes grupos.

Este año, por ejemplo, teníamos una lista con 24 personas: de manera natural algunas de ellas han caído, otras han renunciado y, finalmente, han quedado un total de 16 personas. Y nos hemos quedado con todas ellas. Es un número superior al habitual, ya que nuestros grupos generalmente rondan los 12/14 alumnos... Pero este año ha surgido así y hemos optado por continuar con todos ellos. Es cierto que es posible que alguien se eche atrás en el último momento... Pero no, no tenemos ninguna restricción. Eso sí, en Aulesti se crea un ambiente muy especial y todos aquellos que nos vienen a visitar valoran mucho la experiencia. En este sentido, hay quienes han repetido, dos, tres veces...

Por otra parte, intentamos buscar un cierto equilibrio en cuanto al género, tanto de docentes como de alumnos y alumnas. Hubo un año en que «accidentalmente» todos los profesores programados eran hombres (había también una chica, pero canceló su participación finalmente). Al año siguiente, programamos tan solo mujeres, porque damos importancia al equilibrio en la participación.

El público en general también participa en el programa, a través de las diferentes propuestas que tienen lugar por la noche. ¿Se trata de dos ámbitos complementarios en cierto modo? ¿Cuál es la aportación de la programación teatral al laboratorio?

El laboratorio es un espacio introspectivo, destinado a la reflexión. Tanto alumnos como docentes, en muchas ocasiones provenientes de otros lugares, se reúnen en una sala y lo que se crea allí es íntimo. Pero yo creo que ese otro ámbito, más «práctico», también es muy importante. En el teatro trabajamos para actuar frente a nuestro público, y, en cierto modo, queríamos ofrecer a nuestra localidad el trabajo que estábamos realizando.

En este sentido, podemos afirmar que se crea un vínculo muy bonito. En la medida de lo posible, procuramos representar las obras de los profesores participantes; así las cosas, el público puede ver lo que hemos trabajado durante los cursos y, por otra parte, los alumnos y las alumnas pueden apreciar el comportamiento de su profesor ante el público. En base en este objetivo tan sencillo diseñamos nuestra programación.

La mayoría de los docentes traen alguna obra. Este año, por ejemplo, el profesor Mizel Théret interpretará la obra Lekeitioak. Por mi parte, que también impartiré un curso, participaré de la programación con la obra Zazpi senideko, interpretada por los hermanos Fusch y que he tenido el placer de dirigir. Por otra parte, Aiora Sedano también participará y nos ofrecerá la obra Adarretatik zintzilik, realizada junto con Galder Perez y Ane Zabala; Oier Guillan y Javier Barandiaran vendrán con su Miss Karaoke... Pako Revueltas también será profesor y estrenará la obra Kale gorrian, un espectáculo de teatro de calle dirigido por él mismo… Mi conocido de hace años Iraitz Lizarraga explicará su tesis sobre la antropología del teatro, planteando un taller muy interesante. Por tanto, sí, existe este baile entre los dos ámbitos...

Después de los cursos, los alumnos y las alumnas empatizan mucho con los trabajos de los profesores, consiguen entender mejor las «estéticas, épicas, políticas, pedagogías...» del profesor. Y el público de la localidad también disfruta muchísimo. Realmente se crea un ambiente muy bonito en las obras de la noche.

Ya nos has ofrecido una serie de detalles, pero ¿qué es lo que destacarías de la programación de este año tanto del laboratorio como de la programación de noche?

Además de los que he mencionado hasta ahora, también existen una serie de recorridos que hemos realizado todos los años. Por ejemplo, intentamos traer algo de Iparralde. Tal y como hemos mencionado antes, este año contaremos con la recién estrenada Zazpi senideko de la mano del colectivo formado por Axut!, Le Petit Théatre de Pain y Artedrama y protagonizado por los hermanos Fusch. Marzel Théret por su parte nos traerá un espectáculo de danza de Iparralde.

Por otra lado, este año contaremos con la visita de Nisune, una ex alumna que pasó por Aulesti y que nos presentará la pieza Oingoan bai de 40 minutos de duración. Después de su paso por Aulesti, hemos continuado en contacto, ella también estuvo en Baratza de Vitoria-Gasteiz... Y nosotros agradecemos infinitamente este tipo de relaciones, nos resultan muy enriquecedoras.

Además de todo lo que hemos mencionado, también se estrenará la pieza de teatro de calle de Pako Revueltas. No nos importan demasiado los estrenos, pero sin duda será muy bonito verle comenzar su andadura en este contexto. Estarán en el escenario Aritza Rodriguez y Juanjo Otero.

Y, cómo no, también queríamos ofrecer un espacio al teatro amateur o aficionado. Este año hemos invitado al Markinako Antzerki Taldea, que presentará el trabajo Besaulkiak, cuyo texto es de Gotzon Barandiaran. Así como las obras antes mencionadas Miss Karaoke, Adarretatik zintzilik

¿Cuáles son los retos planteados por ADEL de cara al futuro?

Siempre se sueña con alguna área... Sería increíble, por ejemplo, reunir todo el trabajo que hemos realizado en una sola publicación, en un libro. Tengamos en cuenta que ya han pasado un total de 40 profesores y que han enseñado infinidad de cosas, y toda esta enseñanza no está accesible en un formato físico... Sería un trabajo realmente interesante.

Yo siempre digo que, si seguimos adelante con este proyecto, es porque existe interés. Quienes pertenecemos al mundo del teatro en euskera sabemos que nuestra pequeña isla (¡o gran isla, me atrevería a decir!) tiene una gran capacidad creativa, y nosotros estaremos ahí. Continuar ya será una victoria...