En el marco de Udagoieneko ostera 2018
El escenario del teatro está oscuro, pero no en silencio. Se escucha el susurro de los trikitilaris del pasado, cada vez más alto. ¡Poned a bailar los dedos!
El ambiente del caserío, del pueblo, de la plaza. La magia del acordeón penetra en nuestros oídos, a la vez que rendimos tributo a todos aquellos trikitilaris que han llevado la sonrisa a nuestra vida.