La coreógrafa, bailarina y docente Matxalen Bilbao lleva 25 años dedicada a la creación en el ámbito de la danza, tratando de entenderla desde la profundidad, interrogándola e investigando aspectos como el movimiento, el espacio o el tiempo. En su nueva pieza larga, Hustu; elogio al vacío, creada e interpretada junto con Natalia García Muro, ha querido atravesar la idea del vacío en todas las capas de la danza. Hemos hablado con Matxalen.
Aunque empezaste en la danza hace casi cuatro décadas, fue en el año 2000 cuando decidiste crear tu propia compañía. ¿Qué te hizo interesarte por la creación? ¿Cómo recuerdas aquellos años?
Efectivamente, es en el año 2000 cuando, tras bailar en distintas compañías, siento la necesidad de buscar mi propio camino, mi manera de entender el movimiento. Una necesidad que pasaba por profundizar más en la propia danza para poder comprenderla y así desarrollar una búsqueda que es interminable, una manera de mirar el mundo través de la creación.
Tu primera producción, Mutis, se estrenó en 2003, y, desde entonces, has dado forma a una decena más, donde has abordado, a través de la danza, múltiples temas, como son el encuentro con el otro (en Self), la idea del grupo (en Gear y también en Fugas) o el paso del tiempo (en Serenity Suite). ¿De dónde surgen tus proyectos?
Mis proyectos surgen de las preguntas que me hago en torno a la danza, de la necesidad de ahondar en mi capacidad creativa y de seguir aprendiendo en el hacer. Me inclino hacia la investigación; continúo indagando en los distintos aspectos que posee la danza: el espacio, el tiempo y las relaciones que se establecen entre los cuerpos. Siempre desde una mirada humana y sin pretensiones, dando valor al proceso de creación, con periodos extensos de búsqueda y otros periodos de descanso y reflexión, que también son esenciales para volver a sentir la necesidad de crear.
(Foto: Jesús Robisco)
Acabas de estrenar, en La Fundición —un espacio muy importante en tu carrera—, Hustu; elogio al vacío, una propuesta que parece muy coherente con el camino que has recorrido hasta ahora. ¿Cuáles son las preguntas que has querido plantear?
Sin ninguna duda Hustu; elogio al vacío es un proyecto coherente en mi trayectoria. Diría que recoge de una manera sutil toda la ética y estética de todas mis piezas.
Pienso que todos mis proyectos guardan una relación y reflejan un momento vital. Ahora me encuentro en una etapa de vida en la que tengo menos necesidades y busco lo esencial.
En la pieza, he tratado de hacer lo mismo: "vaciar". Hemos partido de la idea de "vacío" como un elemento esencial para la composición. Es una manera de posicionarme, un acto político-poético frente a la tendencia actual de llenarlo todo, con un consumo rápido, con exceso de ruido y falta de contenido.
Y un tema como el vacío exigía una puesta en escena austera, sin adornos, ¿no?
Evidentemente, todos los elementos escénicos atraviesan la idea del vacío. La atmósfera de la pieza, el espacio sonoro, la iluminación, las proyecciones, el movimiento, nuestras presencias... Todo ayuda a sumergirte en la idea.
Has estado acompañada durante todo el proceso por Natalia García Muro. Ambas sois las coreógrafas e intérpretes de la obra. Anteriormente ya habíais trabajado juntas en Serenity Suite. ¿Qué le aporta ella a tu visión de la danza?
Natalia me aporta alas. Jajaja. En serio, trabajar con ella es un camino estimulante y multiplica mi creatividad. En ella encuentro el respeto como creadora y como mujer, tan importante para caminar juntas; me da confianza, calma, savia nueva. Es una persona muy importante para mí.
(Foto: Jesús Robisco)
Pero vuestra colaboración no acaba ahí. Desde 2022 codirigís el espacio de formación y creación Mutis Espazioa, en Leioa. La docencia siempre ha sido parte importante de tu trayectoria. ¿Cuál es el pilar sobre el que se asienta vuestro proyecto? ¿Qué ofrecéis?
Mutis Espazioa es un espacio de formación y de creación donde ofrecemos un programa de formación profesional de calidad, compuesto por un equipo docente del ámbito de la creación, además de brindar recursos a los creadores mediante residencias artísticas con el fin de apoyar la investigación y el desarrollo de proyectos en proceso de creación.
¿Cómo valoras el camino recorrido durante este cuarto de siglo? ¿Crees que tu ejemplo puede inspirar a las nuevas generaciones que quieren dedicarse al mundo de la danza? ¿Qué deberían saber?
Por supuesto que mi ejemplo inspira, sobre todo porque me ven disfrutar de lo que hago. Deberían saber que todavía de la danza no se vive, pero, si ese es su sueño, que lo persigan; ningún camino es fácil. Ahora, es más importante que lo que hagas en tu día a día te guste.
¿Qué le queda por hacer a Matxalen Bilbao?
Descansar un poco y disfrutar de lo que nos depare Hustu; elogio al vacío. Como diría Machado, "El camino se hace al andar...".
(Especial publicado el 13 de febrero de 2025)
Información relacionada: