Akmeka, la investigación de la práctica artística como eje

  • Akmeka, la investigación de la práctica artística como eje
    Gabriel Villota, Libe Belandia, Arturo/Fito Rodriguez, Pablo Maravi, Arantza Lauzirika y Leire Saenz. | Foto: Laura López, Komunikazio Bulegoa. UPV/EHU.

El grupo de investigación Akmeka de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU aborda temas conceptuales y formales relacionados con la práctica artística contemporánea, a través de diferentes proyectos. VideoFlux es uno de ellos. Se trata de un proyecto de recuperación del patrimonio audiovisual vasco, en el marco del cual Akmeka ha conseguido reunir el archivo más grande e importante del País Vasco en el campo del vídeo experimental. Arantza Lauzirika es profesora de la Facultad de Bellas Artes y directora del grupo de investigación Akmeka. Ella nos ha dado los detalles.


¿Qué es el grupo de investigación Akmeka? ¿Cuándo y con qué objetivo surgió? Actualmente, ¿quiénes forman parte del grupo?

El grupo tiene su base en el trabajo que realizamos en las jornadas Akme. Akme (Artea, Kultura eta Medio Berriak) nace en 2004. Las temáticas que se abordan en estas jornadas bienales tienen que ver con las prácticas artísticas, pero, por sus características específicas y por su constante evolución, difícilmente podían incorporarse al currículo académico. En 2024 cumplirán la 12ª edición.

Akmeka es un proyecto puesto en marcha por un grupo de profesores, investigadores y estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU, que aborda temas conceptuales y formales relacionados con la práctica artística contemporánea, como la producción no objetual, las producciones de bajo coste, la denominada cultura basura, los canales no convencionales de producción y distribución, la contracultura y la precariedad. Todas estas temáticas han sido objeto de estudios, análisis, debates e intercambios; además, hemos generado nuevas relaciones y abierto nuevas líneas de trabajo.

El equipo de investigación reúne a personas que trabajábamos en diferentes proyectos.

A partir de las jornadas Akme y de la red de investigadores y artistas creada en torno a sus iniciativas, han surgido otros proyectos. De todas estas relaciones y colaboraciones surgió Akmeka.

La idea es seguir trabajando en proyectos similares, pero con financiación, y que sean aprobados como trabajos de investigación. Esto último es muy importante para nosotros, ya que la propia comunidad universitaria no sabe en qué consiste la investigación artística.

Actualmente, el grupo está formado por profesorado de la UPV/EHU (principalmente de Bellas Artes), becarios/as que cursan el doctorado y colaboradores externos. Somos un total de 18-20 personas.

 
¿Cuáles son las principales líneas de investigación de Akmeka?

Cuestionamos continuamente los conceptos y ejes principales del grupo de investigación Akmeka: hasta dónde llega la propia práctica artística y su relación con el contexto social y cultural, fundamentalmente. Especulamos críticamente sobre los límites interdisciplinares, la idea de arte, la noción de autoría y la dimensión colectiva de la creación. Además, en esta especulación crítica también tienen su espacio la investigación universitaria y la propia práctica artística, como objeto y sujeto de la investigación. Sobre la base de todo ello surgen diferentes líneas de trabajo, pero no como líneas autónomas, ni como espacios estancos separados entre sí.

Por un lado, están las prácticas artísticas relacionadas con la memoria, el archivo y el contexto. Nuestra memoria, tanto individual como colectiva, se construye de muchas maneras y en varias capas, donde la imagen, los lenguajes artísticos y los recursos plásticos, visuales y sonoros son agentes activos. Desde este grupo exploramos y analizamos el papel que juega el arte en la construcción de esa (esas) memoria(s), en dos dimensiones: por un lado, analizamos cómo funcionan las prácticas artísticas en la creación de sus propios imaginarios y, en segundo lugar, nos centramos en los archivos del arte (en formas muy diferentes). Por último, analizamos la relación entre estas prácticas y su contexto (social, cultural, económico, político).

Por otro lado, abordamos el espacio público, las prácticas colaborativas y la implicación social, el arte como instrumento para incidir en el espacio público, para crear comunidad y actuar como agente, es decir, alejado de una perspectiva que considera el arte como simple entretenimiento o adorno. Se trata de repensar la esfera pública extendida, desde la dimensión física del medio urbano o natural hasta la virtual de las redes, y recuperar la memoria como bien comunal, desde la calle a las redes sociales, como lugar de interacción, activación y vinculación de proyectos artísticos de carácter supradisciplinar.

Otra línea de trabajo está relacionada con las actitudes críticas y políticas de las artes, la cultura y los medios de comunicación. Reformulación de la legitimidad y funciones de la confrontación, el diálogo y la crítica en el ámbito de la práctica artística. Del "Manifiesto Cyborg" de Donna Haraway (1983) al "Manifiesto Aditivista" (2017), de la progresión tecnológica a la regresión ideológica de las ferias Maker. La pérdida del discurso, como neutralizador del hacer artístico.

Junto a ello, trabajamos el audiovisual, las tecnologías, las redes, y su experimentación y performatividad. Redes de colaboración y experimentación supradisciplinar en proyectos colaborativos que reconstruyan el relato desde la imagen audiovisual (cine, vídeo, interacción), o desde el registro de prácticas performativas y post-performativas (acciones, performances, proyectos relacionales o vinculados a la comunidad).

Y, por supuesto, también nos centramos en el conocimiento y la cultura libres. De hecho, no podemos olvidar que el debate sobre el acceso democrático a la cultura y la libre circulación del conocimiento, si no surge en ese momento, surge con la irrupción de las tecnologías digitales y de la red Internet, que es cuando recupera una cotidianidad y un protagonismo evidentes, a diferentes niveles. Sobre todo en el campo de la producción cultural contemporánea. Esta línea se extiende de forma transversal a toda la producción de Akmeka.


Y en esas líneas, ¿qué proyectos desarrolláis?

Son muchos, y en muy diversos soportes. Desde piezas de animación de realización colectiva a proyectos de diverso tipo. Entre ellos, queremos destacar los que venimos trabajando últimamente:

TXTLab es, por ejemplo, un campo de prueba para las relaciones que se establecen entre el arte y el texto. Este espacio de experimentación textual y artística surgió de las jornadas "Escribir de arte", que se organizan desde 2016 en la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU.

La Memoria Obrera, por otro lado, recoge las aportaciones de artistas e investigadores que reflexionan desde una perspectiva contemporánea, a través de imágenes y textos, sobre temas relacionados con los trabajadores y el trabajo. Consiste en un relato cruzado y una investigación. Comienza con aquellos trabajadores que históricamente eran considerados como productivos y asalariados (generadores de plusvalía), y llega a aquellos que mantenían todo el sistema doméstico (es decir, los que hacían el trabajo supuestamente no productivo), teniendo en cuenta que estos últimos permitían el descanso, la alimentación y la manutención de los trabajadores para que volvieran diariamente a la cadena de producción. Aborda cuestiones como la lucha, la reivindicación, la representación del trabajo, el derecho a la pereza, el asociacionismo, la comunidad en torno al trabajo y la vida.

Mekarteak es un proyecto de investigación que comenzó en 2016, y que plantea una meta-cartografía crítica, es decir, un(os) mapa(s) del contexto sociocultural del País Vasco, a través de los mapas ya existentes y de la colaboración de nuevos mapeadores. La primera edición se realizó en 2017, la segunda en 2021 y la tercera está en marcha y se publicará en el otoño de 2024.

Y el proyecto VideoFlux se plantea como un área de investigación y producción relacionada con el audiovisual experimental y con la recuperación del patrimonio videográfico.

Además de todo lo mencionado, publicamos textos críticos y realizamos proyectos de arte y comisariado.


Hablemos más del proyecto para la recuperación del archivo de video-creación. ¿Cómo surgió VideoFlux? ¿Qué contiene exactamente ese archivo?

Iniciado en 2017, este proyecto nace con la idea de recuperar la memoria histórica del prestigioso centro de producción artística Arteleku (1987-2014), que dependía de la Diputación Foral de Gipuzkoa, y, sobre todo, con la idea de recuperar su colección de vídeo. El archivo audiovisual de Arteleku desapareció con las inundaciones de 2011, y tan solo se conservan unas pocas cintas analógicas y algunas digitalizaciones de 2006. Arteleku realizó en su momento dos compras principales para completar el archivo: la primera, los vídeos experimentales generados en el Estado, adquiridos a través del llamado Bosgarren Kolektiboa, y la segunda, las obras de video internacionales, a través del asesoramiento de varios expertos.

Afortunadamente, en la facultad ya teníamos el archivo de Bosgarren Kolektiboa, ya que, en su momento, el Ayuntamiento de Tolosa nos lo entregó. Además, hemos ido conservando la producción que durante años se ha realizado en la especialidad de audiovisuales de la Facultad de Bellas Artes, especialidad en funcionamiento desde 1983 y pionera en el Estado. A este archivo se han sumado las donaciones de varios artistas e investigadores.

En total, contamos con 732 piezas de vídeo experimental de artistas vascos y españoles de los años 1970 a 2005. Son piezas analógicas (U-matic, Betacam y alguna VHS). Es el archivo más grande e importante del País Vasco en el campo del vídeo experimental.


Parece que en la época en la que el vídeo socializó la posibilidad de hacer piezas audiovisuales, el País Vasco fue un campo muy fructífero. ¿Por qué? 

Fundamentalmente, fue la especialidad de audiovisuales de la Facultad de Bellas Artes la que dio un gran impulso a la producción local. Además, los nuevos licenciados tenían la oportunidad de continuar trabajando con video en el CINT de Vitoria-Gasteiz (Centro de Imagen y Nuevas Tecnologías, 1988-1996) y en Arteleku. En aquella época, la existencia de estos tres recursos era un lujo, en comparación con el Estado.


Esas piezas forman parte de la historia del arte, dan testimonio de una época y de una forma concreta de hacer cosas, por lo que ofrecen un material muy interesante para los investigadores. Sin embargo, habrá que seguir completando ese archivo, ¿no? ¿Cómo es el proceso de catalogación?

Por el momento las tenemos catalogadas y, con la colaboración de la Filmoteca Vasca, hemos digitalizado 99 trabajos. Además, hemos hablado con los autores de estos 99 trabajos. Hay que digitalizar todo lo que falta, y se pretende crear un archivo abierto, accesible y vivo. Solo ahí nos queda mucho trabajo. El apoyo de la universidad será imprescindible para poder seguir adelante.


Echando la mirada atrás, ¿cómo valoráis el camino recorrido hasta ahora por el grupo de investigación Akmeka?, ¿ha cambiado mucho el campo de la investigación artística en estos años?

En cuanto al contenido, no tanto, seguimos haciendo lo mismo, de una manera u otra. Hasta al menos 2025, contamos con financiación para poder continuar con todo el trabajo. Sin dinero, la labor investigadora es complicada. Se necesitan becarios, material, contrataciones externas... Es cierto que también podemos trabajar con presupuestos muy limitados, y hemos demostrado que somos capaces de trabajar en condiciones precarias, estamos acostumbrados. Pero la creación de obras de arte y la investigación artística, al menos de calidad, requiere de unas condiciones adecuadas para salir de la precariedad estructural de la labor artística. En el caso del archivo de vídeo, por ejemplo, es imposible sacar adelante un proyecto como VideoFlux, sin financiación y sin un espacio de trabajo.


Y, de cara al futuro, ¿cuáles son los principales retos de Akmeka?, ¿tenéis proyectos nuevos?

En este momento, el primer reto es poder seguir trabajando con la colección de vídeo, para que la propia UPV/EHU entienda la importancia de este tipo de patrimonio y, aunque la universidad no esté preparada para acoger este tipo de proyectos, pueda protegerlo y guardarlo para futuros investigadores. También queremos dar vitalidad a la colección, a través de jornadas de debate, programando proyecciones de piezas, realizando comisariado de exposiciones o, en colaboración, creando nuevas piezas a partir de piezas de la colección. Espacios como el Museo de Bellas Artes o Artium pueden ser los más adecuados para ese tipo de proyectos.

Además, seguimos trabajando en la tercera parte del trabajo Mekarteak (meta-cartografías del arte en el País Vasco), que lanzaremos en otoño, y en la organización de las jornadas "Escribir de arte" y el 20 aniversario de Akme, también para otoño. Como creadores, siempre estamos en marcha, trabajando en ideas.


(Especial publicado el 3 de julio de 2024)