Vacacionistas convertidos en víctimas y victimarios de sus propios actos; pescadores pescados, humanos atrapados y envenenados como peces entre redes y plásticos. La desidia del turismo ridiculizada hasta el humor y llevada a niveles trágicos. El virtuosismo interpretativo de un elenco que transita de la danza al teatro y de la comedia a la tragedia. Una coreografía que hace una llamada de atención sobre las consecuencias de la contaminación marina y la destrucción de la biodiversidad.
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