Taller de 3 horas y media, sin necesidad de conocimientos musicales, se divide en tres partes:
En un entorno silencioso, los participantes exploran cómo la música puede representar emociones, acciones o descripciones mediante ejemplos de música programática en vivo. A través del diálogo, descubren sonidos con su cuerpo o elementos cercanos (suelo, mesa), relacionándolos con adjetivos, emociones o acciones. En grupo, experimentan con transformaciones de los sonidos: intensidad, velocidad, superposición o silencios, y se propone un tema común para investigar.
En un espacio abierto, los participantes buscan y elaboran sonidos relacionados con el tema común, de manera individual o en pequeños grupos, guiados por el compositor, intérprete y monitora. Los sonidos más relevantes se anotan en una libreta de investigación. Posteriormente, se reúnen para compartir y valorar las propuestas sonoras.
Se presenta la partitura mural (5-10 minutos), que recoge las propuestas sonoras. Tras un ensayo breve, los participantes realizan la interpretación, abierta a acompañantes o amigos para disfrutar del resultado final.