2006. El reino de Bután camina hacia la democracia. De cara a la celebración de elecciones, el gobierno organiza simulacros de votaciones con la idea de preparar a la población para algo que desconoce. Mientras, en la ciudad de Ura un viejo lama ordena a un monje que le consiga un arma para afrontar el inminente cambio de régimen. El valioso rifle que obtiene es una pieza buscada por un coleccionista de armas estadounidense.
Tras su estreno en el Festival de Telluride y su paso por otras citas imprescindibles como Toronto, Roma o Busan, en Corea del Sur, “El monje y el rifle” fue elegida por Bután para representar al país en los Oscar de 2024, y acabó siendo uno de los quince largometrajes finalistas. Para Bután, un país pequeño en tamaño, un gran logro; y para su director, Dorji, la confirmación de un talento que comenzó con su primera película, “Lunana, un yak en la escuela”, en 2019.
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