Al principio, antes de comenzar a dibujar por su cuenta, solía pedirle a su padre y a su hermano que le hicieran los dibujos que quería. Sin embargo, a los 8 años, empezó a pintar por sí mismo. En ese momento, se transmitía Dragon Ball Z, y el arte y la animación de Akira Toriyama se convirtieron en una gran fuente de inspiración para él, motivándolo a seguir dibujando y mejorando con el tiempo. Su abuela, al notar su talento para el dibujo, decidió inscribirlo en clases particulares de arte, donde comenzó a aprender diversas técnicas como el manejo de dimensiones, anatomía, juegos de luces y teoría del color, conocimientos que le han permitido perfeccionar su manera de colorear de manera más profesional.
Con el tiempo, descubrió a más artistas en internet con diferentes estilos de arte. Uno de ellos fue Edd Gould, creador de la serie animada británica Eddsworld, quien también se convirtió en una gran inspiración para él en su desarrollo artístico. A los 17 años, exploró el mundo del manga y el arte japonés, y, gracias a la combinación de los distintos estilos que había aprendido a lo largo de los años, logró desarrollar un estilo único que utiliza en la actualidad para crear y dibujar sus propios personajes.