Renata ha muerto y resucitado. Ella muere y resucita constantemente, esta semana lo ha hecho 115 veces. Una incógnita para la comunidad científica; un Dios para muchos otros. Acaba de llegar al número 116 al caérsele un tiesto en la cabeza. Tranquilos, dentro de un minuto volverá a la vida. Una nueva obra de esta joven compañía donde el humor y el absurdo son santo y seña para llegar a otros lugares.
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