Su respeto y amor infinito por el mar y por su familia lo plasmaba en sus pequeñas obras de arte. Autodidacta, con su pequeña navaja de tallar y un taller reducido que fue creando en una habitación de su casa, tablón de allí, mesa de allá, nada comprado, todo hecho por él a mano.
En lo que otros veían desperdicio o basura, Paco veía arte y en arte lo convertía.