Juana de Castilla. Un personaje que, de haberlo conocido Shakespeare, sería sin duda la protagonista de una de sus grandes tragedias. La tragedia de una mujer, hija de los Reyes Católicos, que se ve desde muy niña arrastrada vertiginosamente por todas las turbulencias, las intrigas políticas y religiosas de su época. Una mujer, una reina destrozada emocionalmente por sus grandes contradicciones, por su rebeldía, por su fuerte personalidad y por un enorme desequilibrio afectivo que cristaliza en ese paseo por el amor y la muerte que es su matrimonio con Felipe de Habsburgo.
Gerardo Vera dirige a Concha Velasco en esta obra de Ernesto Caballero.