Desde la antigüedad se ha jugado a pelota, a diferentes modalidades, por todo el mundo, y el juego ha alcanzado su máximo prestigio en Euskal Herria. Desde su creación, ha estado ligado al hombre, por lo que los frontones han sido siempre lugares masculinos. A pesar de ello, las mujeres también han participado en el juego de la pelota desde hace años y, de hecho, se especializaron en el juego de la raqueta y allí lograron los mayores logros. Estas raquetistas fueron las primeras profesionales entre las deportistas femeninas.
Muchas fueron las figuras que destacaron y muchas, también, las que merecen ser recordadas: Eugenia Iriondo “Eibarresa” o “La Bolche”; María Antonia Uzcundu “Txikita de Anoeta”; Agustina Otaola; Eladia Altuna “Irura”; Mª Luisa Alberdi; María Carmen Lasagabaster “Amaia”; Gloria Agirre “Txikita de Aizarna”; Lucia Areitoaurtenea; las hermanas Beraza (Julita, Mari y Milagros); Conchita Bustindui, Olga Cazalis; María Luisa Senar; Rosa Soroa; Miren Uzkundum “Asteasu”; Justina Arenaza “Vasquita I” y su hermana María “Vasquita II”. Aunque fueron las raquetistas vascas las mejores y mayores en número, con ellas compartieron cancha otras raquetistas procedentes de Valencia, Logroño, Madrid, Barce- lona o México.
La exposición se divide en cinco secciones y entre los objetos que se presentan destacan las vestimentas de las raquetistas; raqueta, pelotas y las badanas para su confección; dibujos de Mercedes de Miguel sobre la evolución de sus equipaciones; contratos, seguros laborales y fichas federativas; la serie de fotografías de Loomis Dean encargadas por la revista LIFE en 1950 y la txapela de campeona de Maider Mendizabal entre otras.
No en vano esta exposición supone un interesante trabajo de investigación sobre el papel que la mujer ha desarrollado en el ámbito de la pelota vasca a nivel mundial.